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viernes, 29 de enero de 2010

Una escapada a...
El país de las mil... y una fervenzas
Los ríos, a menudo bravos y con prisa, se dejan caer en millares de cascadas hermosas y cantarinas ·· Se nos aparecen de repente, como un estallido de belleza en el laberinto boscoso. Sólo queda disfrutarlas...
JORGE GÓMEZ • SANTIAGO

La pequeña, pero hermosa, fervenza de Cereixo

Si ya es un tópico que Galicia es el país de los mil ríos, bien puede decirse que también es el país de las mil... y una fervenzas, pues las aguas continentales de nuestra comunidad, a menudo bravas y llenas de prisa, se dejan caer en millares de cascadas hermosas y cantarinas, que se convierten en todo un festival para los sentidos. Aquí hemos seleccionado sólo cinco, por su belleza y proximidad a la capital gallega.

A apenas media hora podemos gozar de la maravillosa fervenza de Toxa, que con sus 30 metros es la de mayor caída directa de Galicia. Situada en lo más profundo de un auténtico bosque encantado, se llega con facilidad desde Bandeira, en el pontevedrés municipio de Silleda, pues está bastante bien señalizada.

No demasiado lejos, en el mismo concello y en la parroquia de Escuadro, tenemos la fervenza de Férveda. Situada en un paraje de gran belleza, no es tan fácil de localizar: a la salida de Bandeira, en el cruce de Chapa, se toma la carretera PO-6509, en dirección a Escuadro. Lo mejor es preguntar para llegar al lugar de Férveda. Una vez allí, se sigue una senda entre prados y pronto el sonido de la caída de agua nos conduce a la cascada, que de repente se nos aparece como un estallido de belleza dentro del laberinto boscoso. Y ya sólo queda disfrutarla...

Para la vista y el oído
Fervenza de Cadarnoxo, en el municipio de Boiro

Otro impresionante paraje lo constituye la fervenza de Cadarnoxo (Boiro), en la que un pequeño riachuelo que baja desde el monte Iroite se agiganta de repente para caer con ímpetu, aunque escalonadamente, y continuar fluyendo hasta desembocar en el río Coroño y concluir su peregrinaje entre las torres de Goiás y la boirense playa Jardín. Para llegar a Cadarnoxo se puede seguir la carretera que une Noia con Boiro, y al llegar al lugar de Moimenta se toma una pista asfaltada que nos deja al pie mismo de la cascada. Las aguas que entre árboles y roca caen desde la sierra del Barbanza nos ofrecen toda su hermosura y una serena calma.


Espectacular cascada de Insua, en Portomouro

A un paso de Compostela, en las tierras de Val do Dubra, se sitúa otro auténtico monumento fluvial, aunque en este caso se podría hablar de una doble fervenza, pues el agua se despeña en dos tramos, de ahí que se la conozca como fervenza de Insua y Picho do Castrón. Situada entre los núcleos de Gontar e Insua, viajando desde Santiago se llega transitando la carretera que une Compostela con Carballo. Poco después de pasar Portomouro cogemos un desvío que nos lleva al lugar de Insua; tras dejar atrás las últimas casas tomamos una pista asfaltada que discurre entre prados y nos deja al pie mismo de la cascada. Todo un deleite.


La mágica fervenza de Férveda

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