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sábado, 30 de enero de 2010

Imagen de Santiago Apostol

HISTORIA Y COMIENZOS DEL CAMINO DE SANTIAGO

Origen e Historia del Camino de Santiago


Santiago el Mayor y su vinculación con España


Para entender las peregrinaciones medievales a Santiago de Compostela, debemos partir de la tradición que habla de la labor evangelizadora de Santiago en tierras de la Hispania romana.

Se sabe que tras la muerte de Cristo, Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, continúa inicialmente su labor apostólica en Jerusalén.

Posteriormente, pudo embarcar hasta alcanzar algún puerto de Andalucía en cualquier carguero que comunicaba comercialmente Hispania (que aportaba metales y otras materias primas) con Palestina (de la que se recibían mármol, especias y objetos elaborados)

Su misión evangelizadora comenzaría en el sur de Hispania para posteriormente desplazarse al norte por tierras portuguesas (Coimbra, Braga, etc.) llegando hasta Iria Flavia, ya en Galicia.

Posteriormente se dirigiría hacia el este de la península (Lugo, Astorga, Zaragoza y Valencia) para partir, de nuevo, hacia Palestina, desde la costa mediterránea española.

A su llegada a Palestina y tras incumplir la prohibición de predicar el Cristianismo, fue decapitado en tiempos de Herodes Agripa. Según la tradición, su cadáver fue robado por los discípulos Atanasio y Teodoro y llevado en barco de nuevo a tierras españolas, en concreto a Iria Flavia (cerca de la actual Padrón).

La tradición prosigue con el azaroso viaje del cuerpo de Santiago, que es transportado en carro hasta el bosque de Libredón, lugar en que los bueyes se negaron a continuar. Este hecho debió ser tomado como una señal divina y fue elegido como lugar de enterramiento.

Para entender el largo viaje emprendido por sus discípulos desde Palestina a las costas gallegas para dar sepultura al cuerpo de su maestro, tenemos las afirmaciones de San Jerónimo que ratifica que fue establecido, al disponerse la salida de los Apóstoles hacia todos los rumbos de la tierra, que al morir:

“Cada uno descansaría en la provincia dónde había predicado el Evangelio"
Posteriormente, en el Breviario de los Apóstoles, de finales del siglo VI, se habla de la predicación de Santiago en España y de su enterramiento en el Arca Marmárica.

La tradición oral se encarga de difundir el portento y en la segunda mitad del siglo VII, Beda el Venerable describe con meticulosa precisión la localización exacta del cuerpo del Apóstol en Galicia.

Aunque la invasión árabe y los tumultuosos cambios políticos, sociales y religiosos que acarrearon en el país, silencian durante un tiempo la incipiente tradición jacobea en España, pronto resurge, a finales del siglo VIII de la pluma del célebre Beato de Liébana que escribe:


¡Oh Apóstol, dignísimo y santísimo
cabeza refulgente y dorada de España
defensor poderoso y Patrono nuestro.
Descubrimiento del sepulcro en tiempos de Alfonso II el Casto, de Oviedo

Tras la batalla de Covadonga, se asienta en Asturias un pequeño reino que intenta recuperar el ideal unificador de la monarquía hispanovisigoda.



Uno de los principales y decisivos monarcas de este periodo inicial fue Alfonso II El Casto que reinó durante un largo periodo de tiempo (entre el año 791 y el 842). Este gran gobernante estableció la capital en Oviedo, a la que dotó de numerosos edificios públicos y construyó numerosas iglesias (Cámara Santa, San Tirso, San Julián de los Prados...) y palacios, tratando de imitar el antiguo esplendor del Toledo visigodo. Su gran logro fue consolidar la resistencia al poder musulmán de Al-Andalus. Es durante sus reinado cuando se produce el milagroso descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago.

Según cuenta la Concordia de Antealtares, -el primer testimonio escrito de los hechos, datado en 1077- un ermitaño llamado «Pelayo» que vivía en Solovio, en el bosque de Libredón, empezó a observar durante las noches resplandores misteriosos. Inmediatamente informó del hallazgo a Teodomiro, obispo de Iria Flavia que marchó a aquel lugar encontrándose que esa luz revelaba el lugar donde estaba enterrada el Arca Marmárea. En el sepulcro pétreo reposaban tres cuerpos, atribuyéndolos a Santiago el Mayor y sus discípulos Teodoro y Anastasio.

Teodomiro visita la corte ovetense de Alfonso para informarle de tan fenomenal suceso. El monarca organiza un viaje a este lugar rodeado de sus principales nobles, y al llegar al citado "Campo de Estrellas" (Compostela) manda la construcción de una pequeña iglesia de estilo asturiano, que ha sido constatada por las excavaciones arqueológicas. Teodomiro traslada la sede episcopal a este lugar y muere en el año 847 (en las excavaciones arqueológicas ha aparecido su lauda sepulcral)

Desde este momento, queda establecida oficialmente la tumba del apóstol en aquel mágico lugar, cercano al cabo de Finisterre, punto situado en el extremo occidental de Europa. El camino a Finisterre era indicado desde cualquier lugar de Europa por las estrellas de la «Vía Láctea». desde antiguo se creía que allí se acababa el mundo y que el Atlántico era «la tumba del sol». Posiblemente estos hechos geográficos y astronómicos ayudaron a reforzar el magnetismo que desde entonces provocó en millones de almas la ruta jacobea.

Los siglos IX y X representan la consolidación del reino asturleonés en condiciones muy difíciles desde el punto de vista político, religioso y militar.

Por un lado la iglesia ovetense se encuentra enfrentada con la de Toledo, (famosos son los cruces dialécticos entre Beato de Liébana y Elipando de Toledo a cuenta de la herejía adopcionista) para los asturianos la iglesia de Toledo había caído en la tolerancia e incluso complicidad con ciertas creencias del Islam.

Por otro lado, Al-Andalus se había fortalecido políticamente desde la creación del Emirato primero y luego el Califato de Córdoba. Este nuevo poder peninsular quedó reflejado en numerosas incursiones militares durante los siglo IX y X, llegando a su máxima expresión en los tiempos de devastación de Almanzor.

Es por ello por lo que el enorme prestigio que proporciona la presencia de las reliquias de Santiago el Mayor, discípulo preferido de Jesús, fue hábil y rápidamente aprovechado por los monarcas asturianos y leones para consolidar su reino en oposición a Al-Andalus y para darse a conocer al resto de la Cristiandad europea.

Se hace de Santiago el abanderado de los ejércitos cristianos en las contiendas militares y se crea la leyenda de la intervención gloriosa del apóstol en la más que dudosa batalla de Clavijo. Desde entonces, los ejércitos cristianos entran en batalla con el grito:

"Santiago y cierra España"

Existen dos hechos que prueba la importancia del enclave compostelano para la monarquía asturleonesa. Por un lado, en el año 899 Alfonso III, El Magno, consagra una nueva catedral de mayores dimensiones y calidad artística que la levantada por Alfonso II. Un siglo más tarde, en el año 977 Almanzor destruye Santiago -aunque respeta la tumba- a sabiendas que se trataba del centro espiritual del enemigo cristiano.

El apogeo del Camino en tiempos del románico


La orden de Cluny pronto se hace eco del prestigio de Compostela y durante el siglo XI promueve las peregrinaciones a Santiago. A cambio, los reyes cristianos hacen generosas donaciones a sus monasterios.


A lo largo del siglo XI la afluencia de peregrinos se intensifica y comienza la labor organizadora de los reyes para facilitar el tránsito. Se comienzan a construir puentes y hospitales en los enclaves necesarios. Comienza a establecerse una ruta principal con sus respectivas estaciones (Camino Francés).

En el año 1073 se inicia la construcción del tercer templo consecutivo sobre la tumba del apóstol, bajo mandato del obispo Peláez. Será la gran catedral románica que conocemos: un magnífico templo del "románico de peregrinación".



El definitivo espaldarazo que hace del Camino de Santiago la gran ruta de peregrinación de los siglo XII y XIII es la concesión desde Roma de los Años Santos Compostelanos, con la posibilidad de que los peregrinos obtengan la indulgencia plenaria.

La Bula Regis Aeterni concedida por el Papa Alejandro III en 1179, no hace sino confirmar privilegio concedido a Compostela por el papa Calixto II en el año 1120 por lo que serán Años Santos o Años Jubilares todos aquéllos en los que el día 25 de Julio (día de Santiago) coincida en domingo.

Compostela aventaja claramente a la propia Roma en este aspecto. Allí los años jubilares suelen coincidir cada 25 años, en Compostela cada seis.

Las indulgencias de ambos Años Santos son las mismas, es decir, será la indulgencia plenaria o perdón de todo tipo de culpa o pena. Las condiciones para ganar el jubileo son las siguientes:

Visitar en Año Santo la Catedral de Compostela donde se guarda la Tumba de Santiago el Mayor.

Rezar alguna oración (al menos el Credo, el Padre Nuestro y pedir por las intenciones del Papa). Se recomienda asistir a la Santa Misa

Recibir los Sacramentos de la Penitencia y la Comunión, dentro del período comprendido entre los quince días anteriores y posteriores a la visita a Compostela.


En 1139 Aymeric Picaud lleva a Santiago su "Guía del Peregrino" denominado Codex Calixtinus atribuido por los monjes de Cluny al Papa Calixto II, de ahí su nombre. En él se describe el Camino de Santiago y se dan multitud de consejos para recorrerlo, a la vez que describe -de forma muy partidista, eso sí- sus lugares y gentes.

Estamos por tanto, ante la época de esplendor del Camino a Santiago. Miles de peregrinos de toda Europa, dirigen sus pasos hacia el fin del mundo conocido acompañados por su bastón y su calabaza-cantimplora. La vieira o venera conseguida en Compostela acreditará, al regreso, el éxito de la aventura.

Declive

A partir de la peste negra que asola Europa en el siglo XIV las peregrinaciones se ven seriamente disminuidas.

Doscientos años después, la aparición del Protestantismo es otro golpe al Camino de Santiago pues el mismo Lutero disuade a sus seguidores de viajar hasta su tumba con palabras como:

«... o sea, que no se sabe si allí yace Santiago o bien un perro o un caballo muerto...»
«... por eso, déjale yacer y no vaya allí...»
El arzobispo de Santiago en el periodo 1587-1602, Don Juan de Sanclemente y Torquemada, ante la amenaza del corsario Francis Drake que había manifestado su intención de destruir la catedral y el relicario del apóstol, ocultó sus restos llevándose el secreto a la tumba.

Éste y otros motivos consiguen que, durante los siguientes dos siglos, las peregrinaciones a Compostela entran en una atonía tal que según cuentan las crónicas, el 25 de julio de 1867 tan solo habían acudido a Compostela unas pocas decenas de peregrinos.

Resurgir

El arzobispo Payá Rico descubre los restos del apóstol en 1879 y se apresta a la aprobación de la autenticidad de las reliquias, que consigue de las autoridades eclesiásticas y científicas españolas de la época y que ratifica el propio Papa León XIII en su Bula Deus Omnipotens.

Sin duda es el último cuarto del siglo XX cuando verdaderamente se produce el resurgir de las peregrinaciones a Santiago. No cabe duda que parte del éxito de los últimos años se debe a razones de promoción turística de la que ha intensamente sido objeto. Pero también es incuestionable que la ruta jacobea se ha ganado su prestigio actual gracias a su valor eminentemente espiritual, justamente en una sociedad progresivamente enferma de materialismo.

En 1993 el Camino de Santiago fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Otros libros destacados del mes

viernes, 29 de enero de 2010

Una escapada a...
El país de las mil... y una fervenzas
Los ríos, a menudo bravos y con prisa, se dejan caer en millares de cascadas hermosas y cantarinas ·· Se nos aparecen de repente, como un estallido de belleza en el laberinto boscoso. Sólo queda disfrutarlas...
JORGE GÓMEZ • SANTIAGO

La pequeña, pero hermosa, fervenza de Cereixo

Si ya es un tópico que Galicia es el país de los mil ríos, bien puede decirse que también es el país de las mil... y una fervenzas, pues las aguas continentales de nuestra comunidad, a menudo bravas y llenas de prisa, se dejan caer en millares de cascadas hermosas y cantarinas, que se convierten en todo un festival para los sentidos. Aquí hemos seleccionado sólo cinco, por su belleza y proximidad a la capital gallega.

A apenas media hora podemos gozar de la maravillosa fervenza de Toxa, que con sus 30 metros es la de mayor caída directa de Galicia. Situada en lo más profundo de un auténtico bosque encantado, se llega con facilidad desde Bandeira, en el pontevedrés municipio de Silleda, pues está bastante bien señalizada.

No demasiado lejos, en el mismo concello y en la parroquia de Escuadro, tenemos la fervenza de Férveda. Situada en un paraje de gran belleza, no es tan fácil de localizar: a la salida de Bandeira, en el cruce de Chapa, se toma la carretera PO-6509, en dirección a Escuadro. Lo mejor es preguntar para llegar al lugar de Férveda. Una vez allí, se sigue una senda entre prados y pronto el sonido de la caída de agua nos conduce a la cascada, que de repente se nos aparece como un estallido de belleza dentro del laberinto boscoso. Y ya sólo queda disfrutarla...

Para la vista y el oído
Fervenza de Cadarnoxo, en el municipio de Boiro

Otro impresionante paraje lo constituye la fervenza de Cadarnoxo (Boiro), en la que un pequeño riachuelo que baja desde el monte Iroite se agiganta de repente para caer con ímpetu, aunque escalonadamente, y continuar fluyendo hasta desembocar en el río Coroño y concluir su peregrinaje entre las torres de Goiás y la boirense playa Jardín. Para llegar a Cadarnoxo se puede seguir la carretera que une Noia con Boiro, y al llegar al lugar de Moimenta se toma una pista asfaltada que nos deja al pie mismo de la cascada. Las aguas que entre árboles y roca caen desde la sierra del Barbanza nos ofrecen toda su hermosura y una serena calma.


Espectacular cascada de Insua, en Portomouro

A un paso de Compostela, en las tierras de Val do Dubra, se sitúa otro auténtico monumento fluvial, aunque en este caso se podría hablar de una doble fervenza, pues el agua se despeña en dos tramos, de ahí que se la conozca como fervenza de Insua y Picho do Castrón. Situada entre los núcleos de Gontar e Insua, viajando desde Santiago se llega transitando la carretera que une Compostela con Carballo. Poco después de pasar Portomouro cogemos un desvío que nos lleva al lugar de Insua; tras dejar atrás las últimas casas tomamos una pista asfaltada que discurre entre prados y nos deja al pie mismo de la cascada. Todo un deleite.


La mágica fervenza de Férveda

Fervenzas

http://www.youtube.com/watch?v=72Fv1g0X9Yw


miércoles, 27 de enero de 2010

EL CLIMA EN GALICIA

Galicia se encuentra en una zona templada, en el extremo occidental del norte de España, en la denominada España Verde. Su clima, marítimo por excelencia, cuenta con ligeras variaciones de temperatura, suaves inviernos y frescos veranos, precipitaciones combinadas con temporadas de sol, que hacen realidad sus verdes paisajes.

Por su situación y extensión geográfica, desde el mar hasta la meseta, en Galicia existe cierta diversidad climática. En la franja costera sus temperaturas oscilan entre los 8º-10º de invierno y los 20º-25º del verano. A medida que nos alejamos de la costa (Lugo y la provincia de Ourense) el clima se hace más seco, con ostensibles diferencias de temperaturas respecto de la media, superiores en el verano y más bajas en el invierno.

Las Rías Bajas, entre Padrón y Tui, cuentan con un microclima diferenciado. El número de precipitaciones es más reducido durante la época estival y sus temperaturas suelen estar, en estas fechas, 5º por encima de las del resto de la costa de Galicia.

miércoles, 13 de enero de 2010

SITUACIÓN GEOGRÁFICA

Galicia está situada en latitudes medias del hemisferio norte, entre las coordenadas 41º 48’ y 43º 47’ N. Su situación geográfica está determinada por la condición de finis terrae, como la región más occidental del continente europeo, en el extremo noroeste de la Península Ibérica.

Comúnmente, Galicia se asocia con el intenso verde de sus montes y el azul de un omnipresente mar, así como con un paisaje marcado por la incesante lluvia. No obstante, a pesar de estos y de otros tópicos más o menos ciertos, éste es un país de acusados contrastes físicos.

Más de la mitad del territorio supera los 400 m de altitud y la orografía está dominada por suaves relieves de tipo granítico, donde sierras y penillanuras alternan con depresiones y valles. En términos generales, las cadenas montañosas son de poca elevación; las máximas altitudes se alcanzan en las sierras orientales (Os Ancares, O Courel, Manzaneda o Queixa), donde se encuentra la cumbre mayor (Pena Trevinca, 2.100 m). Además, una dorsal de sierras dispuestas de norte a sur divide el territorio por la mitad (O Faro, Cova da Serpe, Serra da Loba…). Entre las áreas hundidas destacan las depresiones de Monforte, Sarria y A Limia.


Ría de O Barqueiro. LugoÉsta es una tierra eminentemente abierta al mar, al contar con una línea costera muy amplia; el Mar Cantábrico baña la costa norte y el Océano Atlántico la costa occidental. El elemento más característico son las rías, ricos valles fluviales inundados por el mar: las extensas Rías Bajas (Vigo, Pontevedra, Arousa y Muros-Noia) y las Rías Altas (Ferrol, Ares, Betanzos, A Coruña, Ribadeo, Viveiro, O Barqueiro, Ortegal, Cedeira, A Coruña- Laxe, Camariñas y Corcubión), más pequeñas y redondeadas.

Galicia está recorrida por numerosos ríos; los de la vertiente cantábrica son cortos y regulares, mientras que los atlánticos son más largos y presentan pendientes más suaves. El principal curso fluvial es el Miño, con 340 km de recorrido.

Cerca del 69% del territorio es superficie forestal. La vegetación típica está compuesta por robles, castaños, abedules, pinos y alisos Con el paso del tiempo, la intervención del hombre modificó este paisaje, cubriéndolo de campos de cultivo y de extensas áreas de repoblación forestal con pinos y eucaliptos.

Por otra parte, Galicia presenta las características propias de un clima de transición entre el oceánico y el mediterráneo, con una moderada oscilación térmica y abundantes lluvias invernales como condiciones predominantes. Sin embargo, existen también importantes diferencias regionales y, así, en el interior del país el clima acusa rasgos mucho más continentales.